martes, 27 de agosto de 2013

INTERVENCIÓN TANATOLÓGICA EN LAS ETAPAS DE DESARROLLO PSICOSOCIAL DE ERIKSON


TANATOLOGÍA

INTERVENCIÓN TANATOLÓGICA  EN LAS  ETAPAS DE DESARROLLO PSICOSOCIAL DE ERIKSON

ETAPA 1
                 Confianza frente a desconfianza
 
Corresponde: Desde el nacimiento hasta el primer año.
 
En ella se establecen las relaciones psicológicas con la madre, y de estas relaciones surgen las actitudes básicas de confianza o desconfianza.
 
Los niños comienzan a desarrollar la capacidad de confiar en los demás basándose en la consistencia de sus cuidadores (generalmente las madres y padres). Si la confianza se desarrolla con éxito, el niño/a  gana confianza y seguridad en el mundo a su alrededor y es capaz de sentirse seguro incluso cuando está amenazado. No completar con éxito esta etapa puede dar lugar a una incapacidad para confiar, y por lo tanto, una sensación de miedo por la inconsistencia del mundo. Puede dar lugar a ansiedad, a inseguridades, y a una sensación excesiva de desconfianza en el mundo.

 
INTERVENCIÓN TANATOLÓGÍCA  EN LA ETAPA 1.
En esta etapa la intervención es directamente con los padres, por lo general estadísticamente podríamos decir que es poco probable que los padres soliciten intervención cuando reciben un diagnóstico,  ya que suelen enfocarse únicamente a la parte médica  donde se busca hacer todo lo posible para que él bebe sobreviva. 

Sin embargo si se requiere intervención desde el diagnostico se trabajaría de la siguiente manera.

Ya que en esta etapa se desarrollan las relaciones psicológicas directamente con los padres y en especial con la madre  la intervención se enfocara  de manera directiva.

Para él  bebé, la muerte no es un concepto real, los bebés responden frente a las actitudes básicas de los padres, a los procedimientos dolorosos y alteraciones a su rutina, se debe entonces  de tener atención en su cuidado físico y emocional para que se logre un entorno cómodo.

Se tiene que mantener  en la medida posible una rutina constante para el niño y las personas que están a su cargo, brindarle espacios cómodos y cálidos.

Los padres,  en especial la madre debe proveer  cariño y  tranquilidad al bebé para que de esta manera le transmita confianza y seguridad aun en situaciones hostiles que puedan presentarse.

ETAPA 2
                  Autonomía frente vergüenza y duda
 
Corresponde: Entre el primer y el tercer año.
 
En esta etapa las relaciones del niño se amplían a ambos padres, dando lugar a la formación de las estructuras de autonomía y dominio de sí mismo, o de inseguridad y conformismo, según sea esa la relación con los padres.
 
Los niños comienzan a afirmar su independencia, caminando lejos de su madre, escogiendo con qué juguete jugar, y haciendo elecciones sobre lo que quiere usar para vestir, lo que desea comer, etc. Si se anima y apoya la independencia creciente de los niños en esta etapa, se vuelven más confiados y seguros respecto a su propia capacidad de sobrevivir en el mundo. Si los critican, controlan excesivamente, o no se les da la oportunidad de afirmarse, comienzan a sentirse inadecuados en su capacidad de sobrevivir, y pueden entonces volverse excesivamente dependiente de los demás, carecer de autoestima, y tener una sensación de vergüenza o dudas acerca de sus propias capacidades.

 INTERVENCIÓN ETAPA 2

En esta etapa la intervención sigue siendo directamente con los padres.

Para el niño de esta edad la muerte sigue sin tener un significado real, el niño no comprende aun la relación entre la vida y la muerte, la seguridad que adquiera será según la relación de sus padres  e incluso de familiares o personas muy cercanas a él.

Los niños de esta edad reaccionan frente a la ansiedad y las emisiones de quienes lo rodean, si las personas manifiestan enojo, miedo, angustia, los niños intuyen estas emociones y manifiestan preocupación o miedo.

Por lo tanto es importante que los padres estén conscientes de que sus emociones pueden ayudar o alterar al niño.

El trato hacia el niño debe de ser, cálido, cariñoso, de apoyo y tranquilidad, para poder proveerlo de seguridad y evitar así miedo y ansiedad en él.

Así mismo mantener un espacio agradable y cómodo, tener a la mano sus juguetes favoritos y cosas que sean de su agrado.

Decorar la habitación del hospital (en caso de estar hospitalizado) como él lo prefiera,  con el  fin de que se sienta más seguro y confortable.

ETAPA 3
             Iniciativa frente a culpa
 
Corresponde: Alrededor de los tres años y hasta los siete.
 
Las relaciones del niño se amplían hasta la denominada familia básica. En esta etapa se fomenta la iniciativa o los sentimientos de culpabilidad. Posee una autonomía espontánea y deliberada.
 
 Los niños se imponen o hacen valer con más frecuencia. Comienzan a planear actividades, inventan juegos, e inician actividades con otras personas. Si se les da la oportunidad, los niños desarrollan una sensación de iniciativa, y se sienten seguros de su capacidad para dirigir a otras personas y tomar decisiones. Inversamente, si esta tendencia se ve frustrada con la crítica o el control, los niños desarrollan un sentido de culpabilidad. Pueden sentirse como un fastidio para los demás y por lo tanto, seguirán siendo seguidores, con falta de iniciativa.
 

 

INERVENCIÓN ETAPA 3
La intervención en esta etapa es con el niño y los padres.

Algunos niños, sobre todo los de preescolar pueden tener nociones de la muerte, en esta edad se percibe a la muerte como temporal, como en las historietas o los dibujos animados.

La experiencia con la muerte con la que cuentan está influenciada por aquellos que los rodean.

El niño puede sentir que sus pensamientos o acciones han provocado la muerte y, o la tristeza de quienes lo rodean,  experimentando sentimientos de culpa o vergüenza, por lo tanto el papel de los padres es fundamental.

Los padres deben de tener presente que todas sus acciones tendrán un impacto en el niño, por esta razón los padres deben brindarle, seguridad, afecto y cariño,  estimulando que se sienta seguro.

Es importante para el niño no sentirse raro y diferente de otros niños al grado de saberse aislado, por lo tanto se recomienda que participe en la medida de sus posibilidades en  actividades adecuadas para su edad como juegos infantiles, e incluso  asistir a una fiesta ( en dado caso organizarle una, aunque sea en la sala de hospital).

Explicarle  todos los procedimientos que se le realizaran, si serán dolorosos o no,  brindándole seguridad y apoyo;  darle  información honesta y clara sobre su estado de salud y su probable proceso de agonía, dejándole claro que nada de lo que sucede es provocado por el, que los médicos y las enfermeras no siempre pueden evitar la muerte y, además, asegurarle que los malos pensamientos no pueden causar la muerte y que él no ha hecho nada malo para provocar la muerte o la enfermedad.

Brindarle en la medida posible  un espacio cómodo y  cálido, decorar la habitación del hospital (en caso de estar hospitalizado) como él lo prefiera esto  con el  fin de que se sienta más seguro y confortable.

Contar historias o cuentos relacionados a la muerte y explicar  en base a las creencias de cada familia, que es lo que sucede después de la muerte, esto con el fin de tranquiliza al niño afirmándole que no estará solo en el momento de la muerte. Los padres, los miembros de la de la familia o algún  representante de religioso  pueden desempeñar un papel importante al momento de explicarle el concepto de muerte a un niño.

Escuchar al niño;  dejar que este pueda hablar acerca de sus temores, alegrías y enojos sin que se le reprima.

Trabajar con la identificación se sus emociones por medio de técnicas previamente planeadas en base a su edad y  recursos.

Mantener una comunicación constante con el niño de todo lo que acontece en su entorno, manejar  sus dudas y fantasías.

Motivar al niño a dibujar, escribir cuentos, narrar historias, jugar con títeres, escribir un diario, etc., fomentar la expresión simbólica de lo que está viviendo.

Trabaja con el niño para  que elabore  una carta para sus seres queridos, en donde les pueda decir su sentir y su pensar.

Realizar su testamento para asignar quien se quedará con sus juguetes, su ropa, y sus demás pertenencias, que incluso pueden ser simbólicas como  el rincón del jardín, la casita en el árbol etc…

INTERVENCIÓN CON LOS PADRES:

En las etapas  1 ,2 y 3 

La intervención es de manera directiva con los padres.

Se mantiene un acompañamiento con los padres durante el proceso de muerte del bebé o niño.

Establecer redes de apoyo.

Facilitar  a los padres a identificar  y expresar  sus emociones frente al proceso de muerte de su hijo.

Se les hace comprender que los niños, a diferencia de los adultos, no están tan apegados a cosas de la vida, a bienes y a las mismas personas, por lo que para ellos, desprenderse de la vida no es una tarea tan difícil como lo es para los adultos.

Hacer consiente a los padres que si quieren brindar una ayuda de calidad a su hijo deben entender que el niño no tiene un concepto de muerte, para evitar que sus propios apegos al niño y a lo que le representa (el futuro, la vida misma, etc.) no obstaculicen el proceso de despedida del niño ya que este  es sensibles a los sentimientos que los rodean y pude interpretar que con su muerte está lastimando a sus padres, ocasionando dificultades para dejarse morir o  para despedirse.

(En caso de la etapa 2 y 3) Ayudar a  que  acepten los sentimientos de sus hijos y no forzar la comunicación.

El niño agonizante necesita tener la certeza de que no morirá solo y de que no será olvidado. Esta necesidad humana básica aparece muy pronto, pero es difícil de expresar.

 Sus padres y seres queridos deben asegurarle que, cuando llegue el momento, ellos permanecerán junto a su cama, deben tomarse todas las medidas necesarias para que sea posible abrazar o tocar al niño cuando muera. La presencia de las personas más cercanas beneficia tanto al niño como a quienes se encargan de su cuidado.

ETAPA 4
Industriosidad frente a inferioridad
 
Corresponde: Desde los seis años hasta la pubertad.
 
El ámbito de las relaciones interpersonales del niño se amplía en la escuela y en la vecindad. Surgen en él las ideas de competición y de cooperación con los demás, así como los sentimientos de superioridad o inferioridad.
 
Los niños comienzan a desarrollar una sensación de orgullo en sus logros. Inician proyectos, los siguen hasta terminarlos, y se sienten bien por lo que han alcanzado. Durante este tiempo, los profesores desempeñan un papel creciente en el desarrollo del niño.
 

 INTERVENCIÓN EN LA ETAPA 4

Los niños en edad escolar desarrollan un entendimiento más realista de la muerte, en el sentido de que se trata de algo irreversible y definitivo.

En esta eta etapa  al ampliarse sus relaciones interpersonales y  tener un entendimiento mayor de la muerte pueden manifestar curiosidad sobre el proceso físico de la muerte, así como incertidumbre, miedo a lo desconocido y miedo a la separación de su familia y amigos, provocando esto ansiedad y miedos relacionados con la muerte.

En esta etapa se le deben responder todas las dudas que el niño o pre adolescente tengan.

Explicar todos los procedimientos que se le realizaran, si serán dolorosos o no,  brindándole seguridad y apoyo, darle  información honesta y clara sobre su estado de salud y su probable proceso de agonía.

En caso de los niños contar historias o cuentos relacionados a la muerte y explicar  en base a las creencias de cada familia, que es lo que sucede después de la muerte, esto con el fin de tranquiliza al niño afirmándole que no estará solo en el momento de la muerte.

Escuchar al niño o  pre - adolescente, dejar que este pueda hablar acerca de sus temores, alegrías y enojos sin que se le reprima.

Mantener  un espacio agradable y cómodo donde se sienta seguro y confortable.

Trabajar con la identificación se sus emociones por medio de técnicas previamente planeadas en base a su edad y  recursos.

Mantener una comunicación constante con el niño y pre-adolescente de todo lo que acontece en su entorno, manejar  sus dudas y fantasías.

Motivarlo a dibujar, escribir cuentos, narrar historias, jugar con títeres, escribir un diario, etc., fomentar la expresión simbólica de lo que está viviendo, así como orientarlo para que elabore  una carta para sus seres queridos, en donde les pueda decir su sentir y su pensar. Realizar su testamento para asignar quien se quedará con sus juguetes, su ropa, y sus demás pertenencias, que incluso pueden ser simbólicas.

Estimular a que participen en programas que le brinden soporte emocional, atendiendo su necesidad de estimulación y desarrollo que le permitan insertarse en actividades en las que, en la medida de lo posible, pueda interactuar socialmente con sus pares, familia, y adultos que le rodean.

ETAPA 5
Identidad frente a confusión de papeles
 
Corresponde: durante la adolescencia.
 
La transición de la niñez a la edad adulta es sumamente importante. Los niños se están volviendo más independientes, y comienzan a mirar el futuro en términos de carrera, relaciones, familias, vivienda, etc. Durante este período, exploran las posibilidades y comienzan a formar su propia identidad basándose en el resultado de sus exploraciones. Este sentido de quiénes son puede verse obstaculizado, lo que da lugar a una sensación de confusión sobre sí mismos y su papel en el mundo.
 
Las pandillas y los líderes influyen notablemente en la consolidación de la propia identidad personal de este periodo. Se buscan ídolos a los cuales imitar, y como consecuencia de esta imitación, se producen en el adolescente sentimientos de integración o de marginación.
 

 INTERVENCIÓN EN LA ETAPA 5

Mantener un acompañamiento durante su proceso de muerte, buscando siempre la mejora de la calidad del paciente crónico y terminal.

El adolescente comprende que el concepto de la muerte es permanente, universal e inevitable.

Las actitudes negativas y desafiantes pueden cambiar de repente la personalidad de un adolescente que se enfrenta a la muerte. Puede sentir no sólo que ya no pertenece o no encaja con sus amigos, sino que tampoco puede comunicarse con sus padres.

En esta etapa se debe brindar  información honesta y clara sobre su estado de salud y su probable proceso de agonía.

Trabajar con la identificación se sus emociones por medio de técnicas previamente planeadas en base a su edad y  recursos.

Mantener una comunicación constante de todo lo que acontece en su entorno,  fomentar la expresión simbólica de lo que está viviendo, ya sea por medio de pintura, escribir, llevar  un diario, etc.,  así como orientarlo para que elabore  una carta para sus seres queridos, en donde les pueda decir su sentir y su pensar.

Inventario de vida.

 Realizar su testamento.

Estimular a que participe en programas que le brinden soporte emocional.

Propinar un clima donde la elaboración del duelo se realice al tiempo y al ritmo del paciente,

Dar apoyo continuo, siempre y cuando el paciente así lo solicite, tomando en cuenta no forzar la comunicación.

Examinar defensas y estilo de afrontamiento, facilitar el examen de sus defensas y la forma en la que afronta su proceso.

INTERVENCIÓN CON LOS PADRES:

Establecer redes de apoyo con los familiares y amigos.

Hacerle  saber  que  su hijo adolescente  está pasando por conflictos  propios de su edad, formando su personalidad e identidad y de igual manera se está enfrentando  al conflicto de su propia muerte y  es posible que en esta etapa su  actitud  sea  muy hostil hacia ellos.

Pedir que establezcan limites a los actos y sentimientos  de su hijo, sentimientos que le harán sentir que alguien le cuida y se interesa por él,  por lo tanto es importante que como padres no dejen de cumplir esta función por más que la culpa o el sufrimiento les inclinen a cumplir todos los caprichos de su hijo, pues de hacer así, el adolescente  podría sentirse fuera de control.

Mediar situaciones y conflictos entre el adolescente y sus  padres.

ETAPA 6
             Intimidad frente a aislamiento
 
Corresponde: La adultez temprana, primera juventud aproximadamente desde los 20 a los 25 años.
 
Este es un período crítico de la relación social, ya que para él se pasa a un nivel más diferenciado, donde el amor y la amistad, la solidaridad y el aislamiento se manifiestan según el grado de madurez alcanzado. En este periodo se busca la relación íntima con la pareja, con la que se busca la propia identidad, y se desarrolla la capacidad de amar.
 
Las personas comenzamos a relacionarnos más íntimamente con los demás. Exploramos las relaciones que conducen hacia compromisos más largos con alguien que no es un miembro de la familia. Completar con acierto esta etapa puede conducir a relaciones satisfactorias y aportar una sensación de compromiso, seguridad, y preocupación por el otro dentro de una relación.
 
Se  atribuye dos virtudes importantes a la persona que se ha enfrentado con éxito al problema de la intimidad: afiliación (formación de amistades) y amor (interés profundo en otra persona). Evitar la intimidad, temiendo el compromiso y las relaciones, puede conducir al aislamiento, a la soledad, y a veces a la depresión.


ETAPA 7

Generatividad frente a estancamiento
 
Corresponde: Juventud y primera madurez, durante la edad adulta media, en una etapa que dura desde los 25 hasta los 60 años aproximadamente. 
 
El trabajo y la familia son los puntos cruciales de esta etapa, en la cual se forman comportamientos de producción y de protección hacia la familia, desembocando en actitudes altruistas o por el contrario en actitudes egocéntricas.
 
Establecemos nuestras carreras, establecemos una relación, comenzamos nuestras propias familias y desarrollamos una sensación de ser parte de algo más amplio. Aportamos algo a la sociedad al criar a nuestros hijos, ser productivos en el trabajo, y participar en las actividades y organización de la comunidad. Si no alcanzamos estos objetivos, nos quedamos estancados y con la sensación de no ser productivos.
 
No alcanzar satisfactoriamente la etapa de generatividad da lugar a un empobrecimiento personal. El individuo puede sentir que la vida es monótona y vacía, que simplemente transcurre el tiempo y envejece sin cumplir sus expectativas. Son personas que han fracasado en las habilidades personales para hacer de la vida un flujo siempre creativo de experiencia y se sienten apáticos y cansados.
 
Las personas generativas encuentran significado en el empleo de sus conocimientos y habilidades para su propio bien y el de los demás; por lo general, les gusta su trabajo y lo hacen bien.

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ETAPA 8
 
Integridad del yo frente a desesperación
 
Corresponde: Adultez (o al final de la madurez)
 
Al sentir al hombre agotar sus propias posibilidades vitales, éste adopta una postura de integridad personal y autorrealización; o bien por el contrario, una postura de insensatez, desesperación o deshonestidad. Con estas posturas se cierra el ciclo del proceso psicosocial del hombre.
 
Mientras envejecemos y nos jubilamos, tendemos a disminuir nuestra productividad, y exploramos la vida como personas jubiladas. Durante este periodo contemplamos nuestros logros y podemos desarrollar integridad si consideramos que hemos llevado una vida acertada.
 

 

La muerte nos alcanza a todos. Sin embargo, el orden natural supone que se produzca al final del ciclo completo, pero no siempre es así, la edad es un factor importante de cómo se atravesara el duelo.

Dentro de la etapa 6 y 7 los jóvenes y los adultos empiezan a desarrollar esa sensación de ser parte de algo, ser activos en la sociedad. De acuerdo a la  terminación de cada una de estas etapas influirá en la manera en como desarrollara  su proceso de duelo.

Dentro de la etapa 8 Los ancianos suelen estar menos ansiosos que los jóvenes con respecto a la muerte; los amigos y los seres queridos se pierden; las acciones significativas de la vida son menores; los problemas se sienten abrumadores y son inexplicables; algunos se sienten cansados de la vida y se ven inundados de tristeza.

La tarea de las personas de la tercera edad es reorganizar su vida, sus pensamientos; aceptar su realidad; ver la realidad con placer; saber vivir el presente cada día; una vida estable y satisfactoria es la manera más tranquila de ver la muerte.

INTERVECIÓN EN LAS  ETAPAS 6, 7 Y 8

Mantener un acompañamiento durante su proceso de muerte, buscando siempre la mejora de la calidad del paciente crónico y terminal.

Propinar un clima donde la elaboración del duelo se realice al tiempo y al ritmo del paciente, recordando que es el paciente quien está elaborando el duelo.

Dar apoyo continuo, siempre y cuando el paciente así lo solicite, tomando en cuenta no forzar la comunicación.
Examinar defensas y estilo de afrontamiento, facilitar al paciente el examen de sus defensas y la forma en la que afronta su proceso.

Trabajar con la identificación se sus emociones, apoyar, escuchar y permitir la catarsis y la demostración de emociones por medio de técnicas previamente planeadas en base a su edad y  recursos.
Mantener una comunicación constante de todo lo que acontece en su entorno,  fomentar la expresión simbólica de lo que está viviendo.
Promover a la elaboración de un testamento.

Hacerle saber los derechos que tiene como enfermo terminal.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), Existen una serie de derechos de los pacientes terminales:

*Vivir hasta un máximo potencial físico, emocional, psicológico, espiritual, social y ocupacional.

*Tener derecho a vivir en forma independiente y en estado de alerta.

* Expresar sus emociones y sentimientos en todo momento (autonomía).

* Tener derecho a aliviar sus sufrimientos físicos, emocionales, espirituales y sociales.

*Conocer todo lo concerniente a su enfermedad, su estado de salud, el diagnóstico y su pronóstico.

*Poder ser atendido por profesionales sensibles a sus necesidades y temores, competentes en su campo y seguros de lo que hacen.

*Poder ser el eje principal de las decisiones que incumban a sus cuidados relacionados con la etapa final de su vida.

* Tener derecho a que no se prolongue el sufrimiento por tiempo indefinido, ni se apliquen medidas extremas y heroicas para sostener sus funciones vitales.

* Tener derecho a no morir solo.

* Morir sin dolor, con dignidad y apaciblemente dentro de lo posible.

Inventario de vida.

Asuntos pendientes.

Ayudar a bien morir.
FAMILIARES Y AMIGOS
Establecer redes de apoyo con los familiares y amigos.

Facilitar a los  sobrevivientes  a identificar, comprender  y expresar sus emociones,  para que de esta forma puedan aceptarlos y encontrar cauces apropiados de canalización e integración.

Aceptar la realidad de la pérdida.
Apoyar a que los sobrevivientes de adapten  a la nueva existencia sin el ser querido;  La reubicación del sistema debe de considerar los roles que realizaba la persona que murió y quien o quienes irán cubriendo esos papeles, de igual forma sucede con las relaciones.
Mediar situaciones y conflictos entre el paciente y sus familiares.

Invertir la energía emotiva en nuevas relaciones.


 
 
 

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