jueves, 19 de septiembre de 2013

DUELO PATÓLOGICO

CONCEPTO DE DUELO

Etimológicamente, el término duelo significa“dolor” (dolus) y, también, “desafío o combate
entre dos”.

Según el DSM IV –TR El duelo es una reacción a la muerte de una persona querida  acompañada por síntomas característicos  de un episodio de depresión mayor , los cuales son considerados como normal; es decir, el duelo no es un trastorno mental aunque el DSM-IV lo clasifica en la categoría diagnóstica de trastornos adicionales que pueden requerir atención clínica, y la CIE 10 clasifica dentro de los trastornos adaptativos, sólo a las reacciones de duelo que se consideren anormales por sus manifestaciones o contenidos.

El concepto de duelo implica todo un proceso dinámico complejo que involucra a la personalidad total del individuo y abarca, de un modo consciente o inconsciente, todas las funciones del “yo”, sus actitudes, defensas y, en particular, las relaciones con los demás; es una experiencia global, que afecta a la persona en su totalidad: en sus aspectos psicológicos, emotivos, mentales, sociales, físicos y espirituales.

La duración del duelo es siempre variable y depende de distintos factores, después delapérdida,algunaspersonas,continúanexperimentandosentimientosde dueloduranteunperiodoaúnmáslargo.Estelargoprocesonoseconsiderará anormal,anoser que sea de tal intensidad que le impidaal supervivienteadaptarse, reorganizando su vida yreintegrándosealmundoreal.
  
FASES DEL PROCESO DE DUELO.

Se pueden distinguir 4 etapas dinámicas:

FASE
TIEMPO DE DURACIÓN
CARACTERÍSTICAS


FASE I.
Impacto, perplejidad, shock.



Puede durar desde
minutos, días y hasta 6 meses.

Se inicia cuando nos enfrentamos a la noticia de la muerte. Se caracteriza por incredulidad ante lo que ha sucedido,  confusión, embotamiento emocional, conducta semiautomática. El doliente se  desmorona en cuanto se da cuenta de la realidad. Es un escape natural y temporal que  amortigua el impacto inmediato y ayuda a asimilar la terrible realidad. Aparecen pensamientos obsesivos (sólo se piensa en la pérdida). Sentimientos de inseguridad, desesperación, búsqueda de la persona fallecida, desolación y llanto.
FASE II. Rabia y Culpa.

Varias semanas y hasta 1 año.
Aparece el sentido de culpa, una gran angustia acompañada de un fuerte  autorreproche y un juicio severo contra sí, la persona considera que no hizo lo  suficiente, que quizás pudo evitar esa muerte pero no hizo nada. Aparece un desprecio y  auto denigración.
De forma esquemática sería así: Pérdida del ser querido + intenso dolor + culpa (angustia + rebaja del sentimiento  de sí).
Durante esta etapa hay una notable desorganización emocional, constante sensación  de estar al borde de una crisis nerviosa y perder la cordura.
Aparece también la cólera y rabia, no entendemos porque se ha tenido que morir.
La depresión conlleva un sentimiento de desolación y una disminución de la  autoestima.
Síntomas más recurrentes: alteraciones del apetito, insomnio, miedo a enfermar,  aislamiento social, etc..
FASE III. Desorganización del Mundo, Desesperación y Retraimiento.

Puede durar hasta 2 años.
El doliente se siente sin fuerzas, débil e incapaz de  afrontar nuevas situaciones y decisiones. Se intensifica la pena y llanto. Busca el  aislamiento (prefiere descansar y estar sola) Quiere tomarse su tiempo para vivir su  duelo, se resiste a darlo por acabado.
“El doliente debe abrirse a nuevas relaciones, pero no le apetece y le cuesta”
Síntomas físicos como falta de apetito, trastornos del sueño, falta de energía, no
interés sexual, ...

FASE IV. Afirmación de la realidad y Recuperación.


2 años, después de 2 años.
Se va abriendo paso la esperanza. Se toma conciencia de la pérdida, se acepta el  vacío y se afronta la dura realidad. Sus características son la reconstrucción de la forma  de ser, se retoma el control de la propia vida, abandono de roles anteriores, la búsqueda  de un significado.
Es bueno tener la calidez, la ayuda y el afecto de los que le rodean, buscar otras  relaciones, trabajos o hobbies que den un sentido a la vida. Así recupera su nivel normal  de autoestima.

Se tiene que tomar en cuenta que no todas las personas pasan por estas fases ni en el  mismo orden.
Cuando ya se ha aceptado la pérdida y el recordar no causa dolor podemos hablar de  elaboración del duelo. El expresar abiertamente la pena y el dolor que se siente es algo  natural y deseable, y supone una buena salida psicológica en términos de la elaboración  del duelo.



DUELO PATOLÓGICO

Ramsay (1977) han definido el duelo patológico como un estado de estrés postraumático con evitación de estímulos internos y externos que puedan recordar la pérdida. El sujeto mantendría un esquema cognitivo ligado a la relevancia de la persona pérdida y errores cognitivos (maximización de recuerdos negativos y minimización de recuerdos positivos; visión catastrófica sobre lo mal que se pasa al recordar al difunto, y culpa por haberse conducido/o haber dejado de realizar ciertas tareas hacia el difunto; e incluso culpa por haber experimentado ciertos sentimientos negativos hacia el difunto, en vida).

El duelo patológico o anormal puede adoptar diversas formas, que van desde la ausencia o el retraso en su aparición, hasta el duelo excesivamente intenso y duradero, pasando por el duelo asociado a ideaciones suicidas o con síntomas claramente psicóticos. Ladiferenciaentreunduelonormalyunopatológicoestribabásicamente en laintensidadyduracióndelas reacciones emocionales.

En el duelo patológico las tareas del proceso no han sido vividas y finalizadas. Se  suele caracterizar por una serie de manifestaciones:

Revivir experiencias pasadas con poca o ninguna reducción de la aflicción.
  •   Exacerbación de respuestas somáticas o psicosomáticas.
  •  Expresión de sufrimiento o negación de la pérdida.
  •  Expresión de culpa, cólera, tristeza o llanto.
  •  Alteración del sueño o de los hábitos alimentarios.
  •  Ausencia de contactos sociales.


AbengózaryZacarés mencionan que se consideran  duelos patológicos los siguientes:

ü  Dueloreprimido: Elsujetonoseafligeporlapérdidaeinclusoavecesse
vanagloriadesuautocontrol, comosirehusara sentir dolor por el fallecimiento de un ser querido. Sinembargo, aunque no manifiesta sus emociones, como sueleser habitual en el duelonormal, presenta diversos síntomas físicos, producto desu represión, como jaquecas,trastornosgastrointestinales,etc.

ü  Dueloaplazado: Elsujetonoexteriorizaningún tipodesentimientorelativoa
supérdida, pero alcabodeciertotiempo, con motivodeunapérdidadiferentee  incluso menos importante, reacciona con manifestaciones de aflicción bastante exageradas, que están movidas realmente por la primera pérdida,

ü  Duelocrónico.Elsujetomanifiestaunduelointenso,duranteuntiempo más
Prolongado deloqueseconsideranormal.Laaflicciónestal,quenolepermite reorganizarsuvida.Esposiblequesecombineconla “momificación”, que consiste en dejar las cosas del difunto tal y como estaban cuando  vivía. También puede aparecer la "conmemoración" hacer algún tipo de homenaje o ritual diario en relación con el difunto.

ü  Idealización. El sujeto recuerda únicamente las características positivas del difunto y, a veces, establece comparaciones continuas entre aquél y otras personas, saliendo éstassiempre en desventaja de esta confrontación. Esta desvalorización de toda persona, distinta del fallecido puede acarrear serios problemas en lasrelacionesconellas, eimpedir que el supervivienteentable otras relaciones, porque piensa que la “perfección” sólo sealcanzaunavez.

ü  Identificación. El sujeto manifiesta comportamientos, síntomas, actitudes,
calcadas a lasdeldifunto, comosiasípretendieramantenerlo“vivo”.

ü  Euforia.Esteeselmenosfrecuente.
Sepuedenpresentarendosmaneras diferentes:enlaprimeradeellas,laeuforiavaacompañadadeunno reconocimientodequela pérdidahaocurridode hecho,asícomo desentimientos persistentes de queeldifuntosehallapresente.Enlasegundamodalidad,seaceptalamuertecomogratificanteparaelquehavividolapérdida.

Si la idealización o la identificación con el difunto es leve, pasajerayno impidealsupervivientereorganizarsuvida,puedenserpartedeunduelonormal.
Lapresenciadealucinacionesaisladasnodebeconsiderarsepatológica yaque resultanrelativamentefrecuentes, especialmenteenancianos, enestesentido, estudios han revelado queel82%delaspersonasviudas ancianas experimentaban, durante el primer mes,ilusionesdepresenciadeldifuntoo alucinaciones visuales, auditivas o táctiles.





PAUTAS DIAGNÓSTICAS DEL DUELO PATOLÓGICO

La descripción más precisa de lo que constituye una definición de duelo, se encuentra en la obra Duelo y melancolía de S. Freud (1917). Se  reconoce que su descripción clínica es muy precisa. Freud, destaca como las características propias del duelo:

ü  Reacción a la pérdida de un ser amado o de una abstracción equivalente (la patria, la libertad, el ideal, etc).
ü 
El duelo es un afecto normal paralelo a la melancolía (depresión); excepto en una característica: en el duelo no está afectado el "amor propio" (autoestima).

ü  Conlleva la convicción del sujeto de ser castigado por una culpa cometida por el.

Lo anterior constituiría las características de un duelo normal. El duelo patológico, además, tendría las siguientes características:

Estado de estrés y depresión que persiste tras un año de la pérdida (la mayoría de las veces referidas a un ser querido). Tras un año de la pérdida el sujeto manifestaría:

§  Estado de ánimo depresivo.

§  Recuerdos intrusivos referentes a las circunstancias de la pérdida, o sueños recurrentes respecto a la persona perdida.

§  Reacciones de estrés (insomnio, ansiedad..etc).


MODELO COGNITIVO DEL DUELO PATOLÓGICO DE BOWLBY

El modelo de Bowlby (1980) referente al duelo patológico consta de tres grupos de variables esenciales:

Con respecto a las características personales, Bowlby destaca que hay tres grupos de personas vulnerables a desarrollar duelos patológicos:

1. Aquellas que establecen relaciones afectivas cargadas de ansiedad y ambivalencia (apego ansioso).
2. Aquellas que establecen sus relaciones afectivas a través de cuidar compulsivamente a otros.
3. Aquellas que afirman de modo compulsivo, su autosuficiencia e independencia respecto a los vínculos afectivos.

Estos tres grupos de personas ante la pérdida del ser querido reaccionan con culpa y autocríticas por el suceso; reacción prolongada que produciría el duelo patológico. Estas personas desarrollaron en su infancia una peculiar manera de vincularse a sus cuidadores, debido a determinadas experiencias. Así, las personas con un apego ansioso tuvieron experiencias con sus padres (o sustitutos) donde estos le amenazaban con el abandono o suicidio, o bien con amenazas más sutiles como la retirada de afecto si no cumplían sus exigencias, o bien le referían lo detestable que era el sujeto para sus padres y lo que les hacía sufrir. En cambio las personas predispuestas a prodigar cuidados compulsivos, tuvieron experiencias por parte de sus padres en el sentido de que estos le hacían sentir responsables de su enfermedad (padres enfermos reales, o hipocondriacos) o bien de inducirles la obligación de cuidarlos, o ambos aspectos conjuntamente. Por último las personas predispuestas a mostrar compulsivamente autosuficiencia e independencia solieron recibir críticas y castigos por mostrar sus emociones o necesidades afectivas. Estos tres grupos de personas, posteriormente "reproducirían" relaciones similares y reaccionarían a la pérdida con un intenso sentimiento de culpa.

Sin embargo la conexión entre el hecho de la perdida, las experiencias infantiles, la predisposición personal, y la respuesta patológica, es vinculada cognitivamente según Bowlby (1980).















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